DICCIONARIO DE MITOS Y LEYENDAS

Creencias populares y santos milagrosos

 SAN ANTONIO

Los Santos cristianos en America colonial: SAN ANTONIO

Finalmente la santidad de la Edad Media se prolongó en la rica espiritualidad franciscana. Sin duda ésta impactó en la mentalidad popular latinoamericana a través de las figuras más llamativas de San Antonio de Padua, Santa Clara de Asís y San Francisco de Asís.

San Antonio, originario de Portugal, fue reivindicado por el catolicismo postridentino como "martillo de los herejes" (Pedro de RIBADENEYRA, Flos sanctorum, Madrid 1675, I, 306). Nada más lejos del sentir popular. Desde la península ibérica fue conocido como un santo milagroso -el 'Taumaturgo' o 'Milagrero'- y asociado al tema del amor. La
celebración del Santo se realizaba al interior del ciclo de la "estación de amor" de Mayo a San Juan (Julio CARO BAROJA, La estación de amor, Madrid 1983). Así fue conocido en el folklore ibérico: "San Antonio Portugués, / devoto de lo perdido, / mi amante se perdió anoche: búscamelo, santo mío." (Francisco RODRÍGUEZ MARÍN, Cantos populares españoles, Buenos Aires 1948, 207).

san antonio
Imagen de San Antonio con el niño Jesús en brazos.

 

En la iconografía colonial se destaca su predicación a los peces, y su famosa aparición del Niño Jesús. "El Santo de aspecto juvenil, sin barba..., tiene entre sus brazos a un Niño Jesús pletórico de vitalidad." (Luis MEBOLD, Catálogo de pintura colonial en Chile, Santiago 1987, 290-291; H. SCHENONE, op.cit., 156-165).

En Brasil colonial su devoción alcanzó hasta los esclavos africanos y las prostitutas (Cfr. Affonso de E. TAUNAY, Visitantes do Brasil colonial (seculos XVI-XVIII), Sao Paulo 1933, 91; Laura de MELLO E SOUZA, op.cit., 352-357). En concreto, como expresa Frézier, los portugueses en Brasil "casi todos van por la calle [...], con un San Antonio sobre el estómago o colgando al cuello..." (Irving LEONARD, Viajeros por la América Latina colonial, México 1992, 157).

En Colombia su culto adquirió rasgos africanos: "Son abundantes los alabaos en el Chocó. Muy popular es uno dedicado a San Antonio, el santo más socorrido en la temática del litoral, conocido como 'bunde San Antonio' o como 'vélo, qué bonito' y que recibió tonada de currulao en aire de bunde [wunde: tonada, canto y danza de Sierra Leona, Africa]". En el Chocó las procesiones de San Antonio se hicieron por el río con la efigie del Santo en balsa o canoa adornada de flores (Guillermo ABADÍA MORALES, Compendio general de folklore colombiano, Bogotá 1983, 225, 474.). La devoción colombiana al Santo lo recuperó en su condición casamentera:

Me dijo San Antoñito
al verme tan triste y sola:
Ya le tengo su encarguito,
vaya pensando en la boda.
(Andrés PARDO TOVAR, La poesía popular colombiana y sus orígenes españoles, Bogotá 1966, 100).

Esta condición le fue reconocida asimismo en México o Argentina:

San Antonio milagroso
yo te suplico llorando
que me des un buen esposo
porque ya me estoy pasando.

San Antonio de Padua,
santo glorioso,
dale mujer a mi hijo
que ya está mozo.
(Carlos H. MAGIS, La lírica popular contemporánea. España, México, Argentina, México 1969, 119, 392).

En Venezuela el Santo se incorporó de lleno a las celebraciones locales al bailar el popular tamunangue:

Sale el padre San Antonio
a bailar el tamunangue,
cuando empieza la batalla
en la plaza o en la calle.
(Luis DOMÍNGUEZ, Adolfo SALAZAR, Fiestas y danzas folklóricas de Venezuela, Caracas 1968, 86.).

El folklore religioso de Chile lo supo presentar en una regocijada convivencia popular:

"Se sabe del santo que era alegre y dicharachero, por lo cual siempre se le veía entre las muchachas que iban a las fuentes en busca de agua...; también era amigo de los pastores, de los rapaces." (Oreste PLATH, Folklore chileno, Santiago 1969, 322).

Como inspirador del 'buen amor' se lo invocó incluso para deshacer relaciones infelices:

"San Antonito ,
San Antonazo,
quítale el marío a mi hija,
que es tan malazo."
(Elena WEGENER, Anotaciones folklóricas de Constitución, en Archivos del Folklore Chileno 8, 1957, 77).

Él mismo no ocultó su apasionada devoción por Santa Clara:

A mi padre San Antonio,
cuando véida[veía] a Santa Clara,
se quiaba[quedaba] como atonta[d]o
y se le quéida[caía] la baba.
(Ramón LAVAL, Oraciones, ensalmos y conjuros del pueblo chileno, Santiago 1910, 9. Sobre el tema, Maximiliano SALINAS, San Antonio en el folklore de América Latina, en Cuadernos Franciscanos 29, 112, 1995, 231-240).

La visión de Clara de Asís -aparte del verso citado- fue de una Santa estrechamente relacionada con San Francisco de Asís sobre todo a través del motivo iconográfico del siglo XVII de la "Comida de la Santa con San Francisco" (H. SCHENONE, op.cit., 230). En Paraguay, la Santa es la patrona del buen tiempo (Dionisio GONZÁLEZ, Folklore del Paraguay, Asunción 1993, 162).

Extracto del trabajo de Maximiliano Salinas Campos. "Arriba del cielo / está una sandía, / que está rebanándola / Santa Lucía": los Santos y Santas de Iberoamérica más allá del 'Imperio Cristiano'
Departamento de Historia Universidad de Santiago de Chile.
Ponencia presentada en las X Jornadas sobre Alternativas Religiosas en Latinoamérica, 3 al 6 de octubre de 2000

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Última modificación de esta página 17-10-2020.

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